Se proyecta un edificio integrado en el paisaje, a modo de contenedor bioclimático. Se conectará con el edificio existente a través de un pasillo abierto hacia el paisaje y con dimensión suficiente para servir como galería expositiva. El interior de desarrolla a un nivel evitando la aparición de barreras arquitectónicas. Se compone de un espacio principal diáfano y una zona de transición a modo de corredor. La presencia del elemento agua se ve reforzado por la recreación de la presa del molino, provocando que el agua penetre bajo parte del edificio y parezca flotar sobre el agua.
Consejería de Medio Ambiente
599.998,15 €
Marzo 01, 2010
El lugar de implantación del edificio, situado entre la calle y el río dentro de la franja no inundable establecida por la Confederación Hidrográfica del Cantábrico. Para ello se plantea un edificio cerrado hacia la calle y abierto hacia el espacio verde y el río.
La función del edificio. El carácter de contenedor intrínseco a los edificios de tipo expositivo, conlleva la necesidad de configurarse con un interior diáfano y dotado con carácter de opacidad en los cerramientos.
Búsqueda de diálogo de la zona ampliada con el edificio preexistente, no actuando desde la repetición mimética, sino que se aborda el nuevo proyecto desde la innovación e interpretación técnicas tradicionales con los medios actuales.
La integración en el entorno del parque natural de redes y su arquitectura tradicional. La tipología tradicional de edificio contenedor, diáfano, opaco, es el pajar (tenada). El proyecto se apoya en las imágenes de este tipo de edificios, interpretándolas y adaptándolas al nuevo uso. Por ello se proyecta un cerramiento para las zonas ciegas de mampostería confinado entre perfiles de acero “tipo corten”, utilizando para la fachada abierta hacia el río, una celosía de lamas de madera.
El carácter de educación medioambiental de la casa del agua. El nuevo edificio pretende responder a esta premisa, sirviendo de ejemplo de una arquitectura sostenible, bioclimática, adaptada al territorio, utilizando para ello estrategias de tipo activo y pasivo. De modo pasivo, una orientación a mediodía de la fachada abierta, combinada con el control solar que aporta la celosía de madera. El cerramiento de mampostería y el talud adosado del terreno protege el edificio de los vientos fríos del norte. La cubierta se proyecta de tipo vegetal. La predominancia de la utilización de materiales, piedra, madera, acero, reciclables al 100%. Se dotará de un buen grado de aislamiento y vidrios de control solar y baja emisividad. De modo activo mediante el uso de energías renovables para la calefacción del edificio, como es la energía geotérmica.